Vista parcial del bulevar tunero en plena actividad |
El centro
de la ciudad de Las
Tunas ha recibido en los últimos años el beneficio de la restauración
y, más aún, de la remodelación.
La
presencia de los constructores y las
molestias que a veces ocasiona el verse obligado a tomar otra vía para evitar
las obras, nos recuerdan constantemente que aún no se termina el tan ansiado
bulevar.
Sin
embargo, mientras hoy se construye un tramo en la calle Francisco Varona, la
mayoría de los transeúntes tuneros nos acostumbramos a la arteria que, orgullosos,
llamamos el Bulevar y que a diario vemos inundarse de gente, apenas despunta el
sol.
Nuestro bulevar se construyó en la calle Francisco Vega,
una de las más transitadas y céntricas, la misma que atraviesa la avenida
Vicente García, o mejor, la Carretera Central, y que conduce a los barrios periféricos La Loma y El Marabú.
Los visitantes
pueden disfrutar mientras lo recorren de un bonito paseo, sobre todo destaca la
limpieza y las plantas de jardín que alegran y dan una nota ambientalista a los
establecimientos y viviendas del entorno.
Algunos
entran a las tiendas recaudadoras de divisa, otros se detienen en los pequeños mercados de los cuentapropistas, vendedores particulares de ropa y
alimentos, o quizás buscan que le presten un servicio en la peluquería, en
la joyería o en cualquiera de los
puestos que por allí abundan.
La
empresa comercial telefónica Telepunto y el salón de limpieza de calzado El
Brillo, también muestran orgullosos sus virtudes, en tenaz emulación con la tienda
de arte cubano Artex que les sigue, un poco más adelante.
Claro que
descubrir al centro
cultural Huellas con sus variadas propuestas es el próximo paso para los
que llegan decididos a explotar al máximo las posibilidades de recreación sana
del entorno.
Hasta
allí es preciso llegar para conocer más de esta ciudad y en
medio del ambiente familiar y agradable de la institución, exposiciones,
plantas, las ofertas gastronómicas, la música… sentirse bien acogido, como en
casa.
Pero,
imposible pasar por el bulevar sin fijarse en la heladería Las copas, siempre
colmada de gente, principalmente de niños acompañados de sus padres o de
jóvenes en busca de refrescarse un poco del calor.
La
exhibición de artesanías será una parada obligada, a pesar de que La casa azul -uno
de los comercios más concurridos de la ciudad - hace competencia a los
vendedores de aretes, collares, sortijas, carteras…
El Piano
Bar, con ofertas gastronómicas y espectáculos culturales, y una red de
prestaciones gastronómicas compuestas por el restaurante Nuevo Mundo con
comidas y bebidas autóctonas, la dulcería Las Delicias y un mercado de frutas,
hortalizas y jugos completan los atractivos del paseo por el Bulevar.
Para el
visitante, quizás nuestro Bulevar no pase de ser bonito o interesante, para los
tuneros es orgullo, historia, parte nuestra, espíritu y tradición, que en
algunos años no solo se apreciará por su elegancia sino por ser el fruto de un
pueblo que se renueva cada día.