sábado, 29 de junio de 2013

Raúl Ferrer, el retorno del maestro


De mi voz he llevado la poesía como se lleva a un niño de la mano.
Raúl Ferrer

Conocí a Raúl Ferrer el primero de julio de 1991 durante la celebración de una Jornada Cucalambeana. La imagen de aquel hombre mayor, pero lleno de vitalidad, entusiasmo y amor por la poesía quedó grabada en mi memoria para siempre y guardo de aquellos gratos momentos un libro dedicado por él: El retorno del maestro.

Para entonces Raúl había cumplido ya los 76 años; sin embargo, impresionaba por su magnífica memoria para recitar las décimas que había escrito durante años, resumen de una vida dedicada a la enseñanza y a la poesía.

De la plática con el poeta emergían sin forzarlas las anécdotas y así supe que comenzó a trabajar en una cuadrilla de tuberos en el central Vitoria, en Yaguajay. Esta experiencia le valió estrechar vínculos con la clase obrera, conocer sus inquietudes y necesidades, además de familiarizarse con sus luchas y representarlos como dirigente sindical.

Pero, con especial placer hablaba Ferrer de su labor como maestro; recuerdo que sus ojos se iluminaban cuando recordaba la escuelita del central Narcisa, donde se inició en esta hermosa tarea de enseñar a los niños en el año 1937.

Su formación era autodidacta, no obstante, su amor por la profesión le permitió descubrir  métodos novedosos para llevar a sus alumnos los conocimientos más diversos, desde las primeras letras hasta quiénes eran los héroes de la patria: José Martí, Antonio Maceo, Frank País, por solo citar algunos de los nombres que incluyó en los versos con los cuales enseñaba historia en su aula.

Claro, el poeta no pudo separarse del maestro, al contrario: Raúl encontró en las estrofas el principal recurso para enseñar a los niños sin agobiarlos con largas peroratas. Y esos versos, o al menos la mayoría, integran el libro El retorno del maestro.

Válido es imaginar cuánto significaría la palabra del maestro en la pequeña escuelita, allí donde antes nunca nadie se preocupó por enseñar a los hijos de campesinos.

La clase es una paloma
En la escuela de cristal.
En el mar sería la sal
y en la flor sería el aroma.
Por la clase, limpio asoma
de los niños el lucero.
Darla bien es lo primero,
que ella resume el amor,
la vergüenza y el honor
del maestro verdadero! 

Así era la clase del maestro poeta Raúl Ferrer. En sus versos aparece descrita como lo más limpio y puro, resumen de amor, dignidad, consagración.

Solo leyendo una y otra vez los poemas reunidos en el citado libro llega uno a entender la dedicación que puso Raúl en la enseñanza. Por sus páginas desfilan diferentes momentos de su vida y todos están vinculados estrechamente a la profesión que eligió para ganarse el pan, a la par que formaba hombres honrados e instruidos.

A su actividad docente unió de manera indisoluble la creación poética y la lucha por defender los derechos de los pobres y oprimidos. Por eso organizó la Federación Nacional de Maestros Rurales en la que fue dirigente, desde el municipio a la provincia y de esta al ejecutivo nacional.

Hasta el triunfo de la Revolución, el primero de enero de 1959, Raúl desarrolló una ardua tarea como dirigente, a favor de la unidad de los maestros y en defensa de la escuela pública. Desde su posición como miembro del Comité Socialista de Maestros no dejó batalla por librar que creyera útil para su objetivo supremo: llevar la luz del saber a cada rincón del país.

Su propósito se hizo realidad con la llegada de los barbudos a La Habana. La Revolución traía la esperanza a una patria nueva, enardecida por el júbilo de la victoria y necesitada de hombres y mujeres capaces de llevar adelante el proceso de cambios que había propuesto Fidel en uno de los postulados de La historia me absolverá: la educación, derecho de todo el pueblo.

Estas circunstancias le daban la oportunidad de contribuir con todo su tiempo y esfuerzo a llevar la instrucción a miles de personas que antes se vieron privadas del estudio por ser pobres, obreros o campesinos.

Su trayectoria como dirigente en el sector le permitió ocupar importantes responsabilidades en el Ministerio de Educación. En 1961 desarrolló un intenso trabajo en la Comisión Nacional de Analfabetismo y participó en todos los actos en que se declaraban los Territorios Libres de Analfabetismo de los diferentes municipios y provincias del país.

También participó en el Congreso Constituyente del Sindicato Nacional de la Enseñanza que tuvo lugar entre el 22 y el 24 de noviembre de 1961, en el Círculo Social Obrero "Félix Elmuza". En ese evento resultó elegido como Secretario de Organización.

Otras tareas que asumió con igual seriedad, disciplina y sencillez fueron las de Asesor Nacional de la Educación Obrero-Campesina y posteriormente la de Viceministro de Educación. Dio seguimiento al proceso de  alfabetización en todo el país, a la superación obrero-campesina y a la batalla por el sexto y noveno grados.

En 1981 fue designado Consejero Cultural en la Embajada Cubana en la URSS, y al regresar encabezó la Comisión Nacional de Promoción de la Lectura.

Es este Raúl Ferrer el mismo de los versos dedicados a La campaña:

Este derecho es de nosotros!
Los que ayer no sabíamos ni leer ni escribir.
Hay un filo cortando las sombras y las vendas
Y sobre la cartilla se pone Cuba a sonreír!

En la dura jornada
Salió de pronto el pueblo a trabajar.
De puerta en puerta los maestros.
Nadie se cansa de buscar.
Jóvenes estudiantes
Dejaron por millones sus escuelas
y arrancaron al libro de los campos
Una lección que nunca más
podrán los estudiantes olvidar.
………………………………………………….

Nuestro el secreto de los libros y los números,
Pondremos más victorias en sazón,
Y seguiremos conversando por la tarde
Con la sabia maestra
Que es la Revolución!

El retorno del maestro fue publicado por la editorial Gente Nueva en 1990. Con frecuencia tropiezo con este volumen, entonces releo las palabras que escribió Raúl en la dedicatoria, segura de que no podrá ser olvidado quien dio tanto amor en sus versos y en las aulas: 

Para que la familia feliz que integran tu esposo, tu joven hijo y tú guarden este recuerdo de un maestro amigo, aquí les dejo este libro que trata de recoger mi vida en su parte más importante: niños, jóvenes, maestros, escuelas, militancia junto a los héroes y mártires y aconteceres de nuestra patria en su vida de eternal batalla desde que Colón tropezó con ella… Y no me olviden!







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