Las noches de los amargos años noventa, tras iniciarse el llamado Período Especial
en Cuba, estuvieron marcadas por los apagones que los cubanos recordamos hoy
como historia de nuestro pasado reciente.
En Las Tunas, aquellas jornadas se pasaban a veces en los portales,
huyendo de la oscuridad y los mosquitos; algunas se matizaban del optimismo que
nos caracteriza, y terminaban por ser el escenario de quienes tenían gracia
para hacer cuentos de Pepito o para cantar alguna canción de moda.
Pronto las instituciones culturales abrieron sus puertas en las noches
para reanimar la vida nocturna de la ciudad y ofrecer entretenimiento culto y
provechoso a un público variado y ávido de ver cosas nuevas.
En aquella época conocí a un jovencito que siempre iba acompañado de
una guitarra y tenía talento suficiente para ser el preferido de los
intelectuales y artistas que frecuentaban aquellas reuniones.
Se trataba de Norge
Batista, cantautor tunero, heredero
del legado de la trova tradicional y artífice de hermosas canciones que
descubren las influencias de Silvio, Pablo y otras voces de la cancionística
hispana como Joan Manuel Serrat.
Aquel joven es el mismo que hoy es un trovador reconocido,
no solo en Las Tunas, sino en toda Cuba y más allá: España, Portugal, Suiza, Bélgica, Argentina.
Ahora Norge está de gira en México, gracias al empeño de su amigo y
hermano, Tony Barly. La noche del sábado 15 de junio, en la
Peña El Sapo Cancionero, Norge se
presentará por primera vez en concierto en ese hermoso país.
Conocido como El Caballero
de la Trova,
Norge es un artista de su tiempo; sus canciones hablan de amor y de los problemas
que afectan a todos, de su tierra natal. Con el tono íntimo y el vuelo poético
característicos de las piezas de su autoría, cada una de ellas encierra una
estremecedora historia, actual y cercana, para la mayoría casi familiar.
Norge, guitarra en mano, ganará esta noche la admiración y el aplauso
de quienes asistan a este primer concierto en México. Y aunque parezca una
paradoja, los tuneros sentimos orgullo y alegría de que así sea, pero… ya lo
extrañamos.
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