Santiago de Cuba, ciudad bendecida por el amor de sus hijos. |
Santiago de Cuba, Cuna de la Revolución y de grandes hombres y mujeres: Antonio Maceo,
Mariana
Grajales, Abel
Santamaría, Frank
País, entre otros que la hicieron ser rebelde y heroica, por lo mucho que
la amaron, tanto como a la
Patria, y por ambas, ciudad y nación, dieron hasta la vida.
Villa de boleros y pregones, bañada por el Caribe y protegida por la Sierra Maestra, Santiago es
sinónimo de tradiciones, folklor, carnaval y alegría.
Para quienes, como yo, estudiamos o vivimos por un tiempo en esa
ciudad, es tan nuestra como si hubiéramos nacido allí.
Por eso, a la distancia de los años rememoramos con orgullo sus calles
estrechas, parques y plazas, la alegría y laboriosidad de su gente, y un largo
etcétera de imágenes grabadas en el corazón con sentimiento y nostalgia.
De mi paso por Santiago, evoco con especial cariño la Universidad
de Oriente, el Instituto
Superior Pedagógico Frank País García, la biblioteca
Elvira Cape, el café La
Isabelica, la avenida Garzón, el Tivolí, Enramadas, y tantos
otros lugares queridos que a la distancia de los años vuelven a la memoria
afectiva para revivir bellos momentos y añorar la juventud que queda confinada
ahora a los recuerdos.
Los mítines relámpagos en la universidad, la efervescencia de los años
80, las carencias del período especial, mis primeras experiencias como
profesional, el amor y los sueños…
Pero, Santiago de Cuba es mucho más que paisajes, bellas imágenes: Santiago
es cubanía, tradiciones y cultura popular, heroísmo y sacrificio. Es el
espíritu de su gente que se crece ante las adversidades para salir de los malos
momentos, fortalecida y vencedora.
Este aniversario supone mayor compromiso de su pueblo y de todos los
que la aman para mantenerla siempre joven, decidida, valiente.
A Santiago de Cuba, Ciudad Héroe de Cuba, llegue este día mi amor y el
de todos los cubanos, y la felicitación por su cumpleaños 500, augurio de vida
eterna.
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