sábado, 16 de noviembre de 2013

Género ¿invisible?

Máster Mareelén Díaz Tenorio, coordinadora del Grupo de Reflexión y Solidaridad, Oscar Arnulfo Romero.
Máster Mareelén Díaz Tenorio, coordinadora del Grupo de Reflexión y Solidaridad, Oscar Arnulfo Romero. (Tiempo21 Foto/Angeluis)
Por Yami Montoya
 
  Los individuos no tienen determinado su comportamiento por una estructura rígida e invariable, sino que, desde lo cultural, reconstruyen constantemente sus pautas de comportamiento que responden a la sociedad donde viven e interactúan, esa donde prevalecen modelos culturales que le proporcionan el poder a uno u otro género.
Hablar de términos tan sencillos en su expresión como Género y Violencia de Género implica un amplio concepto basado en la interpretación de esta categoría que se visualiza a partir de una construcción sociocultural e histórica, mediada por creencias, ideas y su expresión en conductas, identidades y comportamientos que se atribuyen a personas de acuerdo a su sexo.
La Máster Mareelén Díaz Tenorio, coordinadora del Grupo de Reflexión y Solidaridad, Oscar Arnulfo Romero, organización que auspicia el taller de Género, Violencia de Género y Comunicación, que por estos días se desarrolla en la oriental provincia de Las Tunas en dialogo con Tiempo21 precisó que esa categoría identifica las diferencias aprehendidas por hombres y mujeres, a partir de esas divisiones que existen en la sociedad entre individuos de uno y otro sexo en un proceso histórico que marcan posiciones de poder en la vida con recursos determinados.

¿Los Medios de Comunicación influyen en la equidad de Género en Cuba?
“No es una cuestión de tiempo, ni de actualidad sino que en todo momento los Medios de Comunicación forman parte de las instituciones socializadoras por excelencia igual que la familia, la escuela, igual que las comunidades; y a los Medios les corresponde un rol importante en la formación de las creencias, las construcciones de género que pueden tener las personas, hombres y mujeres en una sociedad.
“Pero los Medios no escapan al tratamiento desigual de hombres y mujeres, e inequidades aunque estemos enfrascados todos, se puede promover la equidad de Género y se puedan mostrar mensajes positivos que permitan desaprender la violencia de Género y aprender comportamientos y modos de relación basados en el respeto de los derechos de las personas.
“El Género se erige a partir de deberes y a partir de prohibiciones. La relación entre deber y prohibición es fundamental para construir lo que somos en representación de la humanidad, de las mujeres y los hombres.
“Los productos periodísticos audiovisuales o de cualquier soporte, pueden modificar el mensaje para buscar efectos positivos, de manera que les toca una responsabilidad a los Medios de Comunicación pero no son los únicos responsables de los comportamientos humanos, que tienen una diversidad de influencias en las que se muestran el modo de proceder, se instigan y estimulan. Hay también personalidades activas que estimulan qué caminos seguir, mediado por las experiencias personales”.

¿Cuál es el reto de los profesionales del Periodismo en busca y expresión de las capacidades de reflexión y diálogo intercultural?
“Los medios son portadores y mediadores de representaciones sociales, el camino es tratar de ser más profesionales, más eficientes en las maneras de trasmitir mensajes sea cual fuese el soporte comunicativo. Estudiar, prepararse, escuchar y aprender de la sabiduría, no solo de la academia, sino de cada lugar de las investigaciones, de las experiencias comunitarias con una mirada intencional en el respeto a las diferencias y a la integración social.
“Hoy es inevitable para poder colocarse los espejuelos de Género, que los profesionales de los medios tienen que primero preparase lo cual implica que no son los únicos que tienen que hacer, porque es una responsabilidad de muchos perfiles profesionales que hay en la sociedad. El camino indudablemente es que hay que escuchar y vivir con las experiencias comunitarias que tienen visiones diferentes con relación a la no violencia hacia las mujeres, así como también de modificar, con voluntad y con determinación social histórica, ciertas características que aun imperan y se fomentan”.

La familia ¿condicionante de la Equidad de Género?
“Por supuesto, igual que se habla de otras instituciones socializadoras, la familia es otra pero no está en una burbuja en el aire de una sociedad, sino que está articulada con todo el resto de las instituciones. Hay una tendencia al decir que los problemas de la Equidad de Género que tenemos en Cuba son los que corresponden de puertas hacia dentro y que son las familias las responsables.
“Corresponde a la sociedad en su conjunto y también al estado la función de preparar a la familia, como grupo social, para educar a sus hijos basados en una equidad de Género que impide la discriminación de las mujeres. Si culpamos a la familia obviamos e ignoramos que la responsabilidad en que esa familia este mejor preparada es de todos en la sociedad y también del estado.
La familia es otra institución del orden de género que reproduce a los sujetos como mujeres y como hombres, y desarrolla un papel fundamental en la pedagogía del Género”.
Sobre el Patriarcado en Cuba…
“El Patriarcado en Cuba es muy fuerte como en otras sociedades, lleva muchos siglos instaurados, por tanto no es posible pensar que un corto período de tiempo se pueda revertir y cambiar esa realidad, pero lo que sí es posible es que se puede desaprender y se pueden aprender comportamientos armoniosos, no es el centro de conflictos pero si basados en el respeto a los derecho de hombres y mujeres.
“En Cuba como en muchos otros países, permanece una relación desigual entre los géneros aun cuando se visualiza un avance en su camino hacia la liberación de la opresión patriarcal con fuerte presencia a lo largo de la historia de la sociedad, con normas y costumbres que transitaron por un proceso de transculturación, derivados de la fusión en la Isla de elementos de una fuerte tradición patriarcal basados en relaciones desiguales, tanto de poder como de privilegios”.

El Grupo de Reflexión Solidaridad Oscar Arnulfo Romero
Hoy el Grupo de Reflexión y Solidaridad Oscar Arnulfo Romero (OAR), cuenta con la presencia de la investigadora Mareelén Díaz, coordinadora del Programa de Equidad y lo que más le motiva es el perfeccionamiento de los modos de capacitación, articulación de instituciones en el camino que ha escogido y trabajado con agrado, que propicia la equidad de género con equidad social.
Esa organización, que en el 2014 cumplirá 30 años de fundado, incluye entre sus líneas de trabajo temáticas como Género, Violencia de Género, masculinidades, y equidad Social, además impulsa acciones de intercambio e investigaciones con las comunidades y se dedica a la sensibilización, capacitación, promoción de valores y de equidad entre hombres y mujeres, entre hombres y entre mujeres.
Desde el año 2007 el Grupo OAR ha coordinado acciones en la Campaña por la No Violencia contra la Mujer en la que se unen organismo e instituciones  como la Cátedra de la Mujer de la Universidad de La Habana, el Centro de Intercambio y Referencia-Iniciativa Comunitaria, SEMlac, el Centro Nacional de Educación Sexual, la Federación de Mujeres Cubanas, Editorial de la Mujer y  la Red Iberoamericana y Africana de Masculinidades, entre otras.
La Jornada ha devenido una importante herramienta de apoyo para especialistas y colaboradores que actúan como agentes movilizadores, y este año tendrá un momento trascendental el venidero 25 de noviembre la fecha escogida cada año para celebrar en todo el mundo el Día Internacional de la No violencia contra la mujer, instituido por las Naciones Unidas.
En el contexto histórico se busca una equidad de Género, una sociedad en defensa de las mujeres y hombres que pertenecen al género humano, en la que se abogue por la diversidad de todos y todas en la construcción de la colectividad.
La formación de una sociedad justa y más humana son retos que se imponen con un enfoque de Género a favor de una cultura de paz, mediante la participación popular, esa es la premisa que hoy urgen en el quehacer no solo de los profesionales de la prensa de Las Tunas sino de la familia, la escuela, el centro laboral y las instituciones, porque son agentes de socialización activos en este proceso que tan solo pide una deferencia al mirar cuando se aborde el término Género, Violencia de Género y Comunicación, en su interacción con el entorno, la naturaleza y la sociedad.

Publicado een Tiempo21, el 15 Noviembre 2013

sábado, 2 de noviembre de 2013

“Elogio de la memoria” de la editorial Sanlope

Dos pilares de la cultura tunera
Joel Lachataignerais Popa jlpopa@enet.cu joecklouis@gmail.com

Tres nombres de buen nivel profesional se unieron en la Serie Homenaje, de la Editorial Sanlope de Las Tunas, para ofrecer al público en el título “Elogio de la memoria”, una panorámica bien reseñada, breve y sencilla de las vidas de dos tuneros prominentes y de alto relieve intelectual.

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Cuando para lo cotidiano y la posteridad sobre la identidad de Las Tunas se mencionan nombres tales como Rafael Zayas González y Gilberto Rodríguez, se está recurriendo siempre a las cúspides del quehacer intelectual del territorio, en la cima donde es más común citar a Juan Cristóbal Nápoles y Fajardo, “El Cucalambé”.
Mientras Rafael Zayas González, traza en la historiografía tunera una huella de periodismo bien hecho, de corte martiano, permanece sin algún título honorífico que le reconozca esa actividad; sin embargo él llenó páginas que al registrarse hoy son imprescindibles para el investigador.

El periódico “Eco de Tunas”, fue, a lo largo de más de medio siglo, hecho cultural que fulgura inmaculado en la historiografía tunera, hasta que hoy aparece en este libro, con texto noble y sencillo, en loables referencias escritas - en estreno editorial - por Maricela Vázquez Rodriguez.

Si Rafael es apenas reconocido por la voz popular, Gilberto tiene más, aunque todavía pobre. En él, - poeta y periodista a la vez -, la comunidad aprecia su bregar en el quehacer de estrofas, amores, acontecimientos y periodismo. Modestamente se le ha reconocido como “el poeta tunero del siglo XX”, que en “Elogio de la memoria”, está defendido con el concepto que el propio Gilberto pondría para el verso biográfico.

Ahora se tiene en las manos un texto que amplía sobre este hombre que marcó su huella en Las Tunas y que gracias al empeñó investigativo, los estudiantes podrán atesorar.
Así es este libro, “Elogio de la memoria”, que nos regalan la Editorial Sanlope, las periodistas en su primicia de escritoras, Maira Castro Lora y Ada Cristina Higuera Tur y la especialista, museóloga tunera Maricela Vázquez Rodríguez, consecuentemente respaldadas por el cuidado editorial de la experimentada Mirta Beatón Borges.

El texto, que muestra a dos figuras importantes de la intelectualidad y el pensamiento tunero, esperará por la necesaria continuidad para conocer mejor a Rafael Zayas y a Gilberto Rodríguez.

De modo cuidadoso y directo, con cierto apasionamiento, bien equilibrado, como aconsejaría Martí, - escribir con manos enguantadas-, así llega al lector “Elogio de la memoria”, de la editorial Sanlope.

Publicado en Fraternavida, el miércoles, octubre 30, 2013.



viernes, 1 de noviembre de 2013

Bajo el manto de la Virgen

Santuario de El Cobre en la provincia de Santiago de Cuba.

“A El Cobre hay que llegar temprano porque lo bonito es ver la misa”, dice el fornido chofer que culpa de su retraso a los clientes de la Base de Ómnibus de Las Tunas, que esperan impacientes por su llegada para visitar el Santuario de El Cobre en la provincia de Santiago de Cuba. Es el amanecer del 17 de agosto de 2013.

En El Cobre se encuentra la Virgen de la Caridad, Patrona de Cuba, quien es algo así como una madre protectora para una gran parte de los cubanos.

Hay que recorrer más de 200 kilómetros para llegar a la ciudad de Santiago de Cuba, la segunda en importancia de la Mayor de las Antillas, por lomas inclinadas que allá en lo alto parecen mirar las palmas desde un avión en pleno vuelo.

Es lindo el camino que en ocasiones bordea parte de la Sierra Maestra, la mayor de la Isla, con su verde vegetación y sus abismos profundos donde terminan las elevaciones.

“Y si vas a El Cobre quiero que me traigas…”

A El Cobre se llega con un sol radiante y clima caluroso, típico del verano en Cuba, aunque no es tan fuerte por la fresca brisa que bate bajo los almendros frente al parqueo, el cual se encuentra por detrás del bellísimo templo de adoración.


De lejos se escuchan las últimas palabras de la Santa Misa. Algunos viajeros se desmontan presurosos para recibir lo poco que queda por decir de un mensaje de paz, y otros menos interesados aprovechan el tiempo para tomarse fotos de recuerdo.

Por la parte trasera de la monumental edificación dos ángeles dan la bienvenida, y la impresión de custodiar el lugar. El de la izquierda tiene su mano derecha extendida y su dedo índice apuntando al cielo; en cambio, meñique, anular y mayor, señalan ligeramente hacia la tierra como para indicar que Dios está en todas partes y se manifiesta de tres formas diferentes.

Cerca de la puerta de entrada los lugareños venden piedrecitas, que algunos compran como un recuerdo y otros como amuletos contra las malas influencias espirituales.

Creyentes encienden velas y piden a la Virgen de la Caridad de El Cobre.Creyentes encienden velas y piden a la Virgen de la Caridad de El Cobre.Dentro del Santuario, imágenes de Jesucristo indican 12 momentos de su sufrimiento como Dios hombre sobre la tierra hasta su sacrificio en la cruz. Al terminar la liturgia algunos creyentes se dirigen hacia el Cristo crucificado -a la derecha desde la entrada- donde encienden velas y piden a Cachita, como se le llama popularmente a la imagen de la Virgen de la Caridad de El Cobre, que interceda por ellos, los pecadores, ante Dios padre.

En ese mismo recinto, hacia el frente, una muestra de los más diversos objetos, prendas, diplomas y grados militares, forman parte de una extensa colección de promesas cumplidas por los creyentes como obras de su fe.

Detrás del púlpito, en lo alto con su rostro casi indistinguible, la Patrona de Cuba parece que observa y bendice toda la ceremonia cristiana, donaciones y ofrendas que allí se realizan.

Tradicionalmente hay un sacerdote al centro izquierdo del santuario, quien hace una rociada de agua bendita sobre las cabezas y bendice a los creyentes que se toman fotos simbólicas de un momento que consideran de comunión con Dios. Esta vez el protagonista es el Rector de El Cobre, conocido cariñosamente como Padre Geño.

Del lugar no escapa un Cristo yacente, el cual representa a Jesucristo
muerto, tendido para su entierro, una vez crucificado y trasladado al Santo Sepulcro con una herida en el costado derecho. Ante esa imagen se puede ver algún que otro peregrino pidiendo perdón, amor y esperanza para su vida.

Agua y fuego

Hay tanta fe cristiana que casi nadie quiere regresar a su casa sin pasar por la fuente del agua bendita, cerca de la puerta de entrada, donde la Hermana Social María Pal, reparte el codiciado líquido unido a un mensaje de paz para los que allí asisten.

La diminuta mujer explica el significado de la cruz de agua que los visitantes se hacen sobre la frente para sentirse protegidos contra el mal y purificados de sus pecados.

“Únteme agua, únteme”, dice un hombre desesperado como si se estuviera quemando por dentro y por fuera. Una vez satisfecho su anhelo dice sentirse fortalecido en la fe y deja debajo de aquel techo la carga que le atormentaba.

Ahora el creyente se marcha para su casa donde le seguirá encendiendo velas y orándole a quien es considerada Santa Patrona de Cuba por la Iglesia Católica Romana, pero que en el culto sincrético de la santería afrocubana tiene su símil en Ochún, deidad u orisha del panteón Yoruba, quien se caracteriza por ser una mujer zalamera, alegre y bailadora, cuyo color es el amarillo.

Es típico ver en la carretera que conduce a El Cobre y cerca del Santuario a vendedores con cajas de flores de ese color, preferiblemente girasoles, como ofrendas a la Virgen de la Caridad de El Cobre, que en este caso podría ser venerada como Ochún por muchos de los que así proceden.

Interior del Santuario de El Cobre.Interior del Santuario de El Cobre.También en la entrada del lugar se pueden encontrar réplicas de imágenes de la virgen de los más disímiles tamaños hechas de madera o yeso.

Y así, en medio de toda esta simbología y significado que existen en torno a la virgen católica o deidad afrocubana, lo que para los cristianos católicos es agua bendita de una fuente, para espiritistas y santeros es agua implorada que también protege y purifica.

De regreso, en el rostro de las personas hay satisfacción por su encuentro con la Patrona de Cuba. La fe se multiplica ante nuevos sueños y metas. Desde su templo en El Cobre, la Virgen los protege y los guía por caminos de paz y prosperidad.



Publicado en Tiempo21 el viernes, 25 de Octubre de 2013.
Autor:  Ernesto Gutiérrez Pino y un equipo de trabajo integrado por Ada Cristina Higuera, Yerlanis Batista, Rosa María García Vargas.

sábado, 5 de octubre de 2013

La enseñanza de los valores, garantía del futuro



Mucho se ha hablado del tema de los valores en los últimos años. Para algunos, los cambios que sufrió nuestra sociedad a inicios del siglo XXI trajeron aparejada una crisis en los valores, sobre todo de los más jóvenes.

Para otros, no se trata precisamente de una crisis, sino que en los últimos años hemos descuidado el fortalecimiento de cualidades del ser humano como la honradez, la bondad, el respeto, la solidaridad, y tantas otras imprescindibles cuando aspiramos a formar al hombre integral.  Por esta razón, ahora  nos vemos obligados a trabajar intensamente en el rescate de las actitudes positivas que siempre caracterizaron a nuestro pueblo.

Los valores se generan a partir de cambios y trasformaciones que suceden a lo largo de la historia. Surgen con especial significado y cambian o desaparecen en las distintas épocas. Así la virtud y la felicidad son valores, pero, en la actualidad no podríamos enseñar a las personas a ser virtuosas o felices según los conceptos que tuvieron quienes vivieron dos siglos atrás.

La realidad es que el valor se refiere a una excelencia o a una perfección del carácter. Son valores reconocidos, en este o en cualquier país, decir la verdad y ser honesto, o solidario.


Educar a los niños y jóvenes de acuerdo con los valores priorizados en nuestra sociedad garantizará no solo el presente, sino también el futuro. Enseñarles a amar profundamente a su patria, a respetar a los demás, a ser solidarios, laboriosos y desinteresados, a distinguirse por sus buenos modales, no por su ignorancia de las reglas elementales de educación formal, entre otras cualidades, contribuirá a un desarrollo adecuado de las nuevas generaciones y a su felicidad.

Pero, no basta con desearlo o tratar de imponerlo, los valores no se enseñan de esta forma; se es bueno, honesto, trabajador y patriota por convicción, es decir, la mejor manera de enseñar valores es predicando con el ejemplo.

De nada valen los castigos si después de regañar a nuestro hijo porque empujó a su compañerito en la escuela, discutimos con el vecino llenándolo de insultos e improperios frente al menor. Tampoco es saludable decir “pequeñas mentiras” en su presencia para justificarnos por algo; así no se educa.

Peor resulta si lucramos a partir del desvío de recursos del Estado, si somos ostentosos, egoístas y prepotentes. En edades tempranas los malos ejemplos se siguen sin conciencia de lo que se hace; pero cuando pasa el tiempo y ya no se es tan joven se cometen graves errores a cuenta de una educación deficiente o equivocada.

Hoy nos convoca la misión de hacer de las nuevas generaciones dignas continuadoras de quienes han hecho historia construyendo para ellas un mundo mejor.

Revisemos ahora mismo si estamos siendo el mejor espejo donde se miren nuestros hijos o los jóvenes que nos rodean en la cuadra, en la calle, en el centro de trabajo. Si logramos ser ejemplo para ellos, entonces estaremos en condiciones de educarlos mejor y pondremos nuestro grano de arena como garantía del porvenir.     



lunes, 16 de septiembre de 2013

El cantor del pueblo



Víctor Jara

Canto que mal que sales

 Cuando tengo que cantar espanto

  Espanto como el que vivo

  Espanto como el que muero.

 Víctor Jara



Víctor Jara fue asesinado el 16 de septiembre de 1973 en el Estadio Chile de su país. Durante los cuatro días que permaneció prisionero en aquel lugar había sido torturado cruelmente. Pero, no era suficiente para sus verdugos: había que callar la voz que tantas veces se alzó rebelde en aquel mismo sitio para cantarle al pueblo, contra la opresión, por la igualdad de los hombres y un mundo mejor.

Por eso quisieron destruir todos sus discos y las manos del cantautor chileno  fueron machacadas por los soldados de la dictadura, prueba del peligro que representaban su guitarra y su voz para quienes sumieron al pueblo en el dolor y la muerte.


Una vida para el amor

De origen muy humilde la infancia de Víctor estuvo marcada por la explotación y la miseria. Hijo de campesinos, de su madre, Amanda Martínez, cantora popular, heredó el talento artístico y la atracción por las canciones folklóricas, la atracción por lo sencillo y bello: los paisajes del campo, el trino de las aves la naturaleza toda...

A instancias de Amanda matriculó en la escuela, a pesar de la oposición del padre, Manuel Jara, quien se mostraba renuente a que su hijo fuera ilustrado. Más tarde se trasladaron a Santiago y comenzaron a socializar con los obreros en el local de comidas de la familia.

Allí, Víctor conoce a Omar Pulgar, quien le enseñó a tocar la guitarra. Inició su carrera artística casi sin saberlo, camino deslumbrante que lo guió hacia el corazón de su pueblo. A la vez se relacionaba con los problemas de los trabajadores y se sensibilizaba con sus reclamos.

Tras concluir el servicio militar integró el Coro Municipal que preparaba la  obra Carmina Burana. En la representación conoce a su futura esposa, la bailarina inglesa Joan Turner.

Tenía 24 años cuando ingresó en la Facultad de Teatro de la Universidad de Chile. Por aquella época no tenía siquiera dónde dormir, así que pernoctaba en la escuela; su precariedad económica lo obligó al sacrificio extremo para poder dedicar su vida al arte.
También por aquella época, en el café Sao Pablo, conoció a Violeta Parra con quien sostuvo una profunda amistad. Fue la Viola quien le invitó a cantar profesionalmente cediéndole unos villancicos, pero Víctor decidió documentarse primero en los orígenes de la canción chilena, iniciando una investigación de las raíces folklóricas del canto por lo que se trasladó al campo a conocer  las canciones de los campesinos.

En 1959 dirigió por primera vez una obra de teatro. A partir de entonces cosechó éxitos con obras como "Parecido a la felicidad", "Las de Caín" y "La remolienda". No obstante, las dificultades económicas no desaparecían y Víctor pasaba las noches en los camerinos.

A pesar de sentirse realizado en las artes dramáticas, Víctor se inclinaba más hacia el canto; por sus venas corría la sangre del cantor popular y en 1961 junto con el conjunto folklórico Cuncumén inició una gira por Europa en la que comenzó a componer sus primeras canciones, como "Palomita verte quiero" dedicada a su mujer Joan:

"Lloro con cada recuerdo
a pesar de que me contengo
lloro con rabia p'a fuera
pero muy hondo p'a dentro
Palomita verte quiero"

Por mucho tiempo supo compaginar su actividad teatral con la composición musical, y en 1965 dirigió la obra “La remolienda”, de Sieveking, así como el montaje de “La maña”, de Ann Jellicoe, por las que recibió el premio Laurel de Oro como mejor director y el Premio de la Crítica del Círculo de Periodistas a la mejor dirección por “La Maña”.

En cuanto a la canción, Jara figuraba ya entre los máximos exponentes, junto a Pablo Neruda y Violeta Parra, del movimiento de renovación cultural y popular que se gestó en Chile en los años sesenta.

El cantor del pueblo

Los textos de sus canciones evocaban la vida de los campesinos, el trabajo cotidiano, la miseria, el hambre… "Cuando voy al trabajo", "El cigarrito", "El pimiento", "El arado" son algunos de los temas que interpretaba ante un público ávido de verse reflejado en sus melodías.

Pronto sus canciones se convirtieron en gritos de protesta, en reclamo de justicia, en clamor de paz para su pueblo y el mundo. En 1969 Víctor publicó el disco “Pongo en tus manos abiertas”, en el que aparece su canción más famosa, “Te recuerdo Amanda” además de “Preguntas por Puerto Montt” o la versión de “El martillo”, de Lee Hays y Pete Seeger.

Con la canción “Plegaria a un labrador” ganó el Primer Festival de la Nueva Canción Chilena, y viajó a Helsinki para participar en un acto mundial contra la Guerra de Vietnam.
Levántate y mírate las manos
para crecer estréchala a tu hermano
juntos iremos unidos en la sangre
hoy es el tiempo que puede ser mañana

Líbranos de aquel que nos domina en la miseria
tráenos tu reino de justicia e igualdad
sopla como el viento la flor de la quebrada
limpia como el fuego el cañón de mi fusil

Hágase por fin tu voluntad aquí en la tierra
danos tu fuerza y tu valor al combatir…

Al asumir Salvador Allende como Presidente de la República de Chile, Jara fue nombrado Embajador Cultural y en 1971 compuso la música, junto con Celso Garrido Lecca, de la obra de ballet “Los siete estados”, de Patricio Bunster, para el Ballet Nacional de Chile. Junto a Isabel Parra e Inti-Illimani entró en el Departamento de Comunicaciones de la Universidad Técnica del Estado. Con la discográfica Dicap editó el disco “El derecho de vivir en paz”, que le valió el premio Laurel de Oro a la mejor composición del año.

Recorrió su país para conocerlo a fondo y poder luego dibujar en sus canciones la vida de obreros y campesinos y los cambios que con el nuevo gobierno se producían. También participó en eventos internacionales y su voz fue conocida y aplaudida en los escenarios más diversos porque su mensaje clamaba por la justicia y el amor.

En una entrevista para el programa radial "América canta así", hecha por el decimista y músico peruano Nicomedes Santa Cruz, Jara expresó: “Yo soy un trabajador de la música, no soy un artista. El pueblo y el tiempo dirán si yo soy artista. Yo, en este momento, soy un trabajador. Y un trabajador que está ubicado con conciencia muy definida.”

A esas alturas la derecha chilena reaccionaba cada vez más ante el gobierno democrático de Allende y se producían agresiones para desestabilizar al país. El propio Víctor fue víctima de muchas provocaciones y amenazas; sin embargo, la reacción del cantautor comprometido no se hizo esperar y apareció “Manifiesto” que se convirtió en su canción-testamento:

Yo no canto por cantar
ni por tener buen amor
canto porque la guitarra
tiene sentido y razón
tiene corazón de tierra
y alas de palomita...

...canto que ha sido valiente
siempre será canción nueva…

Es difícil resumir la vida y obra de Víctor Jara; solo si pensamos en él como cantautor comprometido, militante del Partido Comunista chileno, en la intensidad de su vida y de su carrera artística, en su capacidad para el trabajo y el enorme talento que distinguió su creación, tendremos una imagen cercana de lo que significó su pérdida. Sin embargo, no se contradice esta condición de combatiente con la de hombre de familia.

El hombre, esposo y padre

“Envuélvete en mi cariño, deja la vida volar…” le cantaba Víctor a su esposa Joan en los primeros tiempos de la hermosa relación que mantuvieron hasta que el odio de los fascistas chilenos asesinó al cantor del pueblo.

La vida en común de ambos artistas –ella era bailarina y coreógrafa- estuvo 
llena de amor, compromiso y creación. Tuvieron dos hijas: Manuela (del primer matrimonio de Joan) y Amanda. Como cualquier pareja de enamorados Víctor y Joan tejieron sueños y alimentaron la esperanza de un mundo mejor para su pequeña familia.

Víctor era un padre amante y cariñoso, jugaba con las pequeñas y era un valioso compañero a la hora de crear un mundo fantástico donde ellas eran protagonistas y él su caballero. Fue una época plena de bienestar y de esperanza.

Joan contaría más tarde que él decía sonriente: “Soy un hombre feliz de existir en este momento, feliz de sentir la fatiga del trabajo. Feliz porque cuando se pone el corazón, la razón y la voluntad al servicio del pueblo, se siente la felicidad de haber nacido…”

Tras la muerte del compañero entrañable Joan tuvo que efectuar el reconocimiento del cuerpo y después del entierro partió al exilio junto a sus dos hijas.


El final

El Golpe de Estado de las Fuerzas Armadas chilenas encabezado por el General Augusto Pinochet contra el presidente Salvador Allende, el 11 de septiembre de ese año, lo sorprende en la Universidad Técnica del Estado, y es detenido junto a profesores y alumnos.

En el Estadio Chile -actualmente Víctor Jara- permaneció detenido varios días. Según numerosos testimonios, lo torturaron durante horas, le golpearon las manos hasta rompérselas con la culata de un revólver y finalmente lo acribillaron el día 16 de septiembre. Su cadáver fue hallado el día 19 del mismo mes; tenía 44 balazos en todo el cuerpo y el rostro desfigurado.

Pero, antes Jara había escrito un último poema, testimonio del horror que presenció y sufrió en carne propia en aquel tenebroso lugar, “Somos cinco mil”, también conocido como Estadio Chile.

Cuentan los sobrevivientes de aquellos días que el poema, escrito en un papelito, circuló entre los prisioneros y al final fue descubierto y destruido por los torturadores. Querían apagar su voz, borrar el recuerdo; pero, la memoria de los que lo leyeron consiguió rehacerlo y sacarlo del país para convertirlo en un símbolo de denuncia de las atrocidades de los golpistas.

La obra musical de Jara pudo salvarse del fuego donde iban a parar libros, discos y todo lo que aparentara ser socialista o progresista, no importaba qué, gracias a las manos amigas de muchas personas. Hoy forman parte de la historia de Chile.

El visitante que llega por estos días al Estadio Nacional encuentra que tiene otro nombre: Víctor Jara y al lado de una de las puertas, la misma en la que arrojaron el cadáver del cantautor, hay una placa con su último poema:

Somos cinco mil
en esta pequeña parte de la ciudad.
Somos cinco mil
¿Cuántos seremos en total
en las ciudades y en todo el país?
Solo aquí
diez mil manos siembran
y hacen andar las fábricas.
¡Cuánta humanidad
con hambre, frío, pánico, dolor,
presión moral, terror y locura!

Chile recuerda los 40 años del asesinato del cantautor Víctor Jara


El pueblo chileno realizó este domingo un sentido homenaje por los 40 años del asesinato del cantautor Víctor Jara, detenido y torturado tras el golpe de Estado que instauró la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).

El homenaje se centró con un recorrido hasta un costado del cementerio Metropolitano, en Santiago de Chile (capital), donde fue encontrado su cuerpo.

En ese lugar, la brigada de Juventudes Comunistas de Lo Espejo inauguró la construcción de un mural de 200 metros de largo en homenaje a Jara, quien también fue un exitoso director de teatro.

“Tuvimos que poner un radier (losa de cemento) donde colocamos las imágenes de Víctor, los cuerpos dibujados de Víctor y la placa. Esta es la primera parte de esto, porque vamos a tener una placa hecha en mármol con la canción El Manifiesto”, explicó la dirigente social Cecilia Espinoza.

Desde el mismo lugar el diputado chileno Guillermo Teillier, presidente del Partido Comunista señaló: “Hicieron un mural muy hermoso, están las figuras con signos de interrogación, de cinco detenidos desaparecidos que todavía no han sido identificados".

"Se puso una placa y tengo a la vista unos 40 o 50 metros, o tal vez más, de murales que todavía están pintando jóvenes, en los que participan más de 150 muralistas, de la brigada, de las juventudes, pero también de grupos culturales, de gente que hace grafitis”, señaló.

Teillier enfatizó que la dictadura de Pinochet "terminó con su vida, pero no con su canto (...) Esa es la lección que nos dejan estos 40 años de historia y de ese hecho tan nefasto como fue el golpe de Estado y todos los crímenes que cometieron".

En agosto pasado, chilenos también realizaron recitales que revivieron las canciones de Jara, como también un montaje teatral denominado Víctor sin Víctor Jara.

El 12 de septiembre de 1973 Jara fue detenido un día después del golpe militar que derrocó al entonces presidente socialista Salvador Allende, y fue encarcelado y torturado en el estadio Chile, un recinto cerrado en el centro de Santiago que hoy lleva su nombre.

Jara recibió 44 balazos el 16 de septiembre de 1973 y su cuerpo fue hallado en un terreno baldío, convirtiéndose en el ícono de los cientos de artistas que sufrieron violaciones a los derechos humanos durante la dictadura de Pinochet.

El asesinato del cantautor "fue algo brutal, los artistas sintieron que mataron a uno de ellos, de manera cobarde y cruel. Nuestro compromiso es de exigir verdad y justicia para que nunca estas situaciones se vuelvan a vivir", dijo a una agencia de noticia internacional Gloria Köning, directora de la Fundación Víctor Jara.

Este crimen es investigado por la justicia chilena desde el 2009. Hasta el momento, los exoficiales Hugo Sánchez Marmonti y Pedro Barrientos Núñez, quien vive en Estados Unidos, fueron acusados como autores materiales y otros seis como cómplices del hecho.

La dictadura de Pinochet dejó más de tres mil 200 muertos y 38 mil detenidos y torturados.



Tomado de Telesur.

viernes, 13 de septiembre de 2013

Bruce Springsteen rinde tributo a Víctor Jara en Chile

Bruce Springsteen, cantante norteamericano.
El cantante norteamericano, Bruce Springsteen, rindió homenaje al cantautor chileno Víctor Jara, asesinado y torturado por la dictadura de Augusto Pinochet hace 40 años, en su primer concierto en Chile la noche del jueves.
“Si eres un músico político, Víctor Jara sigue siendo una gran expresión. Es un honor estar aquí”, dijo el “Boss”, frente aún repleto auditorio del Movistar Arena de Santiago, en el que fue su debut en Chile.
Springsteen, una leyenda del rock estadounidense conocida por su activismo y compromiso político, recordó el concierto de Amnistía Internacional en Mendoza (Argentina) en 1988, cuando Chile aún se encontraba bajo la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
“Conocimos (en Mendoza) a muchas familias de los desaparecidos y nos mostraron fotografías de sus seres queridos. Fue un momento que se quedó conmigo para siempre”, agregó el cantante. Como homenaje a Jara, Springsteen interpretó al final del concierto de más de tres horas, su conocida canción “Manifiesto”, un tema de los más emblemáticos dentro de la Nueva Canción Chilena, un movimiento músico-social que se desarrolló en los años 1960 hasta el comienzo de la década de 1970.
Víctor Jara fue detenido, torturado y acribillado con 44 balazos días después del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 contra el socialista Salvador Allende, que derivó en una dictadura de 17 años, con más de 3.000 muertos y 38.000 torturados.
Esta semana se cumplen 40 años de su muerte, y aún sigue abierto el caso judicial que busca esclarecer las circunstancias y los responsables de su asesinato.

(Tomado de Cubadebate)

sábado, 7 de septiembre de 2013

Un canto a la esperanza



Julius Fucik era inteligente, alegre y optimista.
Recordar a Julius Fucík, (1903-1943), periodista checo de origen judío, no es simplemente un homenaje a su memoria; evocarlo hoy en toda su dimensión de comunista, periodista y hombre de valor extraordinario es, sobre todo, compromiso y un llamado de atención.

Cuando nos detenemos a repasar momentos de su vida y obra resulta obligado reflexionar sobre el peligro que representan el fascismo y las guerras injustas para los pueblos. Fucík  legó a la humanidad un mensaje que tiene plena vigencia en nuestros días: Hombres, os he amado. ¡Estad alertas!

Julius era un hombre excepcional, inteligente, alegre y optimista. Soñaba con un futuro mejor y creía que el socialismo era la única opción para lograrlo. Su oficio de periodista le sirvió como arma contra el fascismo hitleriano y para defender al primer Estado de obreros, campesinos y soldados, de la gran Revolución de Octubre. Como José Martí siempre mantuvo “el caballo enjaezado, la fusta en la mano y la espuela en el talón” para combatir al enemigo de los humildes y oprimidos.

Sus compañeros de lucha clandestina lo respetaban y querían. Pero, una delación lo hizo caer en la cárcel de Pankrác –cuartel general de la GESTAPO de Praga- donde le infligieron  crueles torturas que lo dejaban inconciente, al punto de no saber  en algunos momentos si estaba vivo o muerto.

Fue apresado la noche del 24 de abril de 1942. Desde entonces y hasta su ejecución, el 8 de septiembre de 1943, cada minuto, cada hora, cada día de su vida resultó un infierno que soportó sin delatar a uno solo de sus camaradas.

El estoicismo demostrado ante las fieras encargadas de masacrar su cuerpo para hacerlo hablar le hizo acreedor de la admiración, no solo de los presos, sino también de algunos carceleros. Uno de ellos le facilitó papel y lápiz para escribir sobre los horrores que presenciaban a diario en aquel tenebroso lugar.
El guardián A. Kolínsky arriesgó su vida al sacar una a una aquellas hojas: algunas quedaron en su poder, otras pasaron a manos amigas que las ocultaron hasta 1945.

Gusta Fucikova, esposa de Julius Fucik.
Tras la derrota de la Alemania fascista, Gusta Fucíková –esposa de Julius- fue liberada por los vencedores y regresa a Checoslovaquia. Allí conoce la muerte de su marido y se entera de que Julius había estado escribiendo en prisión. Poco después localiza a Kolínsky y recupera el material disperso hasta reunir un texto escalofriante, testimonio y denuncia de un hombre que no se doblegó ante las vejaciones y los castigos físicos.

Con el título de Reportaje al pie de la horca se publicó ese mismo año el último libro de Julius Fucík. En una de sus páginas aparecen estas palabras: “El breve tiempo que aún me queda en la cárcel de Pankrác no me permite dar a este reportaje la forma que debiera tener. Tengo que ser más breve. Mi reportaje constituirá el testimonio de los hombres  y no de toda una época. Eso es, creo, lo más importante.”

Y a partir de ese momento comienza a describir las “figuras y furillas” que ocupan un espacio en aquel escenario mortal. Entre las primeras, camaradas de lucha y amigos; las segundas, asesinos, verdugos, marionetas del poder y traidores. “¡Mira esos tipos! ¡Mira esas figurillas!... No han sido reunidos al descuido. Son una parte del ejército político del nazismo. Los hombres escogidos. Los apoyos del régimen. Los sostenes de su sociedad.”

Pero, también refleja su deseo de vivir, su amor infinito a la vida en pasajes como este, que fue redactado después de una larga sesión de tortura:
Has tardado mucho en llegar, muerte. Pese a todo, esperaba conocerte más tarde, después de largos años. Esperaba vivir aún la vida de un hombre libre; poder trabajar mucho, amar mucho, cantar mucho y recorrer el mundo. Precisamente ahora, cuando llegaba a la madurez y disponía todavía de muchísimas fuerzas. Ya no las tengo. Se me van agotando.
 Amaba la vida y por su belleza marché al campo de batalla. Hombres: os he amado. Fui feliz cuando no correspondíais a mi cariño y sufrí cuando no me comprendíais. Que me perdonen aquellos a quienes causé daño. Que me olviden aquellos a quienes procuré alegrías. Que la tristeza jamás se una a mi nombre....¨

El 9 de junio escribió:
Ante mi celda hay colgado un cinturón. Mi cinturón. La señal de la partida. Por la noche me llevarán al Reich, al tribunal, y etcétera. El tiempo hambriento arranca los últimos bocados del pequeño trozo de mi vida. Cuatrocientos once días en Pankrác que pasaron con una rapidez increíble. ¿Cuántos me quedan todavía? ¿Dónde? ¿Y cómo?
Seguramente ya no tendré ocasión de escribir. He aquí, pues, mi último testimonio. Un trozo de historia, del que soy, sin duda, el último testigo vivo.

Consciente del próximo final, se apresura Julius a relatar hechos trascendentes, tal y como los recordaba o como averiguó durante su estancia en la cárcel había sucedido todo: la desintegración del Comité Central del Partido Comunista de Checoslovaquia al ser apresados la mayoría de sus miembros en febrero de 1941, la búsqueda de los camaradas que habían sobrevivido escondidos por personas leales a la causa, el reencuentro, la reorganización de las tareas y de nuevo la persecución, la muerte… la cárcel.  

Julius Fucík pertenece a esa estirpe de Hombres, con mayúscula, que a pesar de su desaparición física siguen siendo imprescindibles en la historia de los pueblos. Por eso y por el valor de su obra escrita, las organizaciones internacionales de periodistas declararon el día de su ejecución, el 8 de septiembre, como el día de los hombres y mujeres de prensa en el mundo.
 
Monumento en memoria de Julius Fucik.
Muchos nombres ilustres de periodistas destacan entre los hombres que han sacrificado todo por el bien común, por la libertad de su patria, entre ellos refulge el de Julius Fucík. Y recordarlo cada septiembre debe significar un nuevo compromiso para los profesionales de la prensa de hoy inspirados en su ejemplo y, sobre todo, un gesto de júbilo y optimismo, así como él lo quería: “He vivido para la alegría y por la alegría muero. Agravio e injusticia sería colocar sobre mi tumba un ángel de tristeza.”



lunes, 22 de julio de 2013

Más allá del bulevar


Vista parcial del bulevar tunero en plena actividad
El centro de la ciudad de Las Tunas ha recibido en los últimos años el beneficio de la restauración y, más aún, de la remodelación.

La presencia  de los constructores y las molestias que a veces ocasiona el verse obligado a tomar otra vía para evitar las obras, nos recuerdan constantemente que aún no se termina el tan ansiado bulevar.

Sin embargo, mientras hoy se construye un tramo en la calle Francisco Varona, la mayoría de los transeúntes tuneros nos acostumbramos a la arteria que, orgullosos, llamamos el Bulevar y que a diario vemos inundarse de gente, apenas despunta el sol.

Nuestro bulevar se construyó en la calle Francisco Vega, una de las más transitadas y céntricas, la misma que atraviesa la avenida Vicente García, o mejor, la Carretera Central, y que conduce a los barrios periféricos La Loma y El Marabú.   

Los visitantes pueden disfrutar mientras lo recorren de un bonito paseo, sobre todo destaca la limpieza y las plantas de jardín que alegran y dan una nota ambientalista a los establecimientos y viviendas del entorno.

Algunos entran a las tiendas recaudadoras de divisa, otros se detienen  en los pequeños mercados de los cuentapropistas, vendedores particulares de ropa y alimentos, o quizás buscan que le presten un servicio en la peluquería, en la  joyería o en cualquiera de los puestos que por allí abundan.

La empresa comercial telefónica Telepunto y el salón de limpieza de calzado El Brillo, también muestran orgullosos sus virtudes, en tenaz emulación con la tienda de arte cubano Artex que les sigue, un poco más adelante.

Claro que descubrir al centro cultural Huellas con sus variadas propuestas es el próximo paso para los que llegan decididos a explotar al máximo las posibilidades de recreación sana del entorno.

Hasta allí es preciso llegar para conocer más de esta ciudad  y en medio del ambiente familiar y agradable de la institución, exposiciones, plantas, las ofertas gastronómicas, la música… sentirse bien acogido, como en casa.  
  
Pero, imposible pasar por el bulevar sin fijarse en la heladería Las copas, siempre colmada de gente, principalmente de niños acompañados de sus padres o de jóvenes en busca de refrescarse un poco del calor.

La exhibición de artesanías será una parada obligada, a pesar de que La casa azul -uno de los comercios más concurridos de la ciudad - hace competencia a los vendedores de aretes, collares, sortijas, carteras…

El Piano Bar, con ofertas gastronómicas y espectáculos culturales, y una red de prestaciones gastronómicas compuestas por el restaurante Nuevo Mundo con comidas y bebidas autóctonas, la dulcería Las Delicias y un mercado de frutas, hortalizas y jugos completan los atractivos del paseo por el Bulevar.

Para el visitante, quizás nuestro Bulevar no pase de ser bonito o interesante, para los tuneros es orgullo, historia, parte nuestra, espíritu y tradición, que en algunos años no solo se apreciará por su elegancia sino por ser el fruto de un pueblo que se renueva cada día.





martes, 9 de julio de 2013

La venadita herida


Frida Kahlo
"No estoy enferma, estoy rota; pero, estoy feliz de estar viva mientras pueda pintar. "
Frida Kahlo


Una mañana lluviosa de julio, en Coyoacán, México, nació Magdalena Carmen Frida Kahlo y Calderón. La niña que abrió sus ojos al mundo un día nublado, conoció durante su vida el amor, la tristeza, el dolor… y legó a la humanidad una obra plástica de incomparable calidad y belleza.
Mucho se ha escrito de Frida, opiniones diversas ha suscitado su personalidad marcada por el infortunio, una salud maltrecha desde muy temprano y escándalos por su contradictorio carácter y sus infidelidades conyugales.
A través del tiempo algunos críticos o biógrafos la han considerado como una de las grandes divas de la historia; otros la han tomado por una bebedora de tequila, fumadora, drogadicta y narradora de chistes subidos de tono; algún malintencionado solo ha recordado a la bisexual que vestía fastuosos vestidos indígenas o a quien organizaba orgías en las que participaban personalidades de su época: pintores, escritores, políticos…
Un poco de todo ello fue esta mujer de vida escandalosa. Sin embargo, la realidad es que Frida está por encima de cualquier juicio crítico o discriminación por razones de cultura, raza, preferencia sexual o corriente artística. La calidad de su obra la sitúa en un pedestal superior, lejos del alcance de la maldad y el menosprecio.
Para aquilatar en toda su dimensión el valor de esta mujer singular hay que conocer los detalles de una vida signada por la enfermedad y los dolores físicos. Solo contaba con seis años cuando la poliomielitis la mantuvo postrada durante nueve meses y como consecuencia su pierna y pie derecho quedaron deformados. Por si fuera poco, a los 18 estuvo envuelta en un terrible accidente de autobús que cambió su vida para siempre.
Es en esta etapa cuando se inclina por la pintura, distracción que le proporcionaron sus padres para hacerle más llevadera la permanencia en cama. Poco a poco adquirió destrezas y habilidades que unidas a su talento innato pronto despertaron la admiración de quienes disfrutaban sus obras.
A los 22 años conoció a Diego Rivera, el famoso muralista mexicano a quien
Frida con su esposo, el pintor mexicano Diego Rivera
llamó el segundo accidente de su vida. Con él estuvo casada, divorciada y luego vuelta a casar; pero, su amor por el pintor, la sostuvo en medio de sus tragedias personales, tanto como su amor por México.
Frida no pudo tener hijos; el accidente y las más de 30 operaciones que sufrió para arreglar su pierna o su columna, le impidieron ser madre. En tres ocasiones acarició la ilusión de acunar un bebé en sus brazos, el fruto de su amor por Diego. Tres veces abortó, quedando sumida en la depresión y la soledad.
Quizás por esta razón se consoló con muñecas o mascotas y fumó y bebió en exceso; quizás era esta la causa de su rudeza al hablar, los escándalos en fiestas, las provocaciones, el desafío a la sociedad que la condenaba sin saber qué había más allá de la apariencia.
Para quien pretenda ahondar en ese “más allá” es obligado penetrar en su carne lacerada, en su orgullo roto por las repetidas infidelidades de Diego, en la maternidad frustrada que la condenó más que nada a la soledad, en la necesidad casi enfermiza de vivir en su México natal y no en Estados Unidos ni en ninguno de los países que visitó. 
Cierto es que ella creó su propio mundo, un universo lleno de cuadros, la mayoría de ellos retratos suyos, pintados desde la obsesión y el desengaño, la tristeza o el grito de rebeldía. "Pinto autorretratos porque estoy sola muy a menudo, y porque soy la persona que mejor conozco… ", dijo en una ocasión. De esta inclinación por pintarse nace el cuadro La venadita herida.
La venadita herida
Verdad también que estuvo políticamente definida, aunque en ocasiones se contradijo por un exceso de pasión o por escandalizar a los demás. Durante los últimos años que vivió, casi en cama, dedicó su pintura a reflejar su credo político y algunos de sus cuadros muestran la hoz y el martillo.
Pero, por sobre todas las cosas, su prioridad era el trabajo. Una vez, mientras estaba hospitalizada dijo: "Cuando salga de aquí, hay tres cosas que quiero hacer… pintar, pintar y pintar". Solo el lienzo y los pinceles la mantenían con vida… y Diego, a pesar de sus desencuentros él la animaba a seguir adelante, a continuar su obra que se exhibía en los mejores salones del mundo.
Cuentan los biógrafos de Frida que por momentos ella consideró la idea del suicidio; no obstante, no puede haber nadie tan vital en una situación similar: su cuerpo como el de una muñeca deshecha la condenaba a guardar cama o a usar drogas para soportar el dolor; su alma clamaba por la libertad física que le estaba vedada en sus condiciones. 
Cuentan además que su adicción a los narcóticos acabó con su habilidad para pintar y a sus últimos cuadros se le señalan errores.
La noche del 12 al 13 de julio de 1954, llovía en Coyoacán, México. En la casa donde nació 47 años antes falleció esa noche Frida Kahlo, en medio de la tristeza de la llovizna al caer y el llanto de los más allegados. La causa de su muerte fue embolia pulmonar, aunque los pensamientos suicidas expresados en su diario hicieron pensar a algunas personas que quizás se suicidó.
Hasta el final Frida quiso escandalizar a sus admiradores y al ser introducido su cuerpo en el crematorio, una ola de calor la hizo incorporar, el cabello envuelto en llamas.
Esta singular mujer había llevado una vida extraordinaria; ella misma era una mujer extraordinaria. Legó al mundo más de 200 cuadros, dibujos y esbozos en los que dejó impreso un mensaje de dolor y en los que no solo aparece retratada en cada pincelada, también alienta en ellos su México natal, el que tanto amó.
Hoy no creo que haya mejor manera de recordar a Frida Khalo que disfrutando su obra; en ella parece renacer para decirnos: “estoy feliz de estar viva mientras pueda pintar. "