Sus cuadros gritan, hablan sin medias tintas, lanzan sus verdades y
el público no puede menos que escucharlas, y desgraciadamente,
reconocerse además. Porque todos tenemos una amiga o somos ese ser
obviado por la violencia y los estereotipos. Quizás peor, somos el
victimario.
La artista se adentra en la constelación interior
femenina, convulsa porque la sociedad le depara no solo doble jornada de
trabajo, sino también pruebas emocionales más altas. Ante tal urgencia
¡qué le va importar a la pintora si estará en las enciclopedias de aquí a
100 años! Ser útil ahora es la apetencia, por eso siempre las mujeres
de sus obras enfrentan la vida mirándole a la cara, con una fortaleza
difícil de palidecer, por más ventiscas que se arrimen.
Invariablemente la creadora le da al espectador el gozo de hallarla
entre miles. Su protagonista se cambia de dolores, de vestidos, pero
allí está con el cabello negro extenso, el cuerpo estirado, y un montón
de palabras esperando por salir y que dice desde una personalidad
imponente. Lo figurativo, el tono íntimo y los colores contrastantes
ayudan a escribir estas lecturas sobre la naturaleza humana, a la que no
teme descubrirle sombras.
Yamila Coma Vargas
se graduó en 1998 en la Academia Profesional de Artes Plásticas de Las
Tunas, estudió la especialidad de escultura. Ha participado en más de 40
exposiciones, entre personales y colectivas. La admiran en colecciones
privadas de países como España, Noruega, Italia, Inglaterra, Alemania,
Francia, Puerto Rico, Colombia y Canadá. Está considerada, sin
distinción de género, en una de las relevantes voces del panorama
pictórico local.
En el 2001 alcanzó el premio del más importante
salón de la provincia La Plástica en Abril y eso le abrió las puertas de
la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac). Muchos la pueden
imaginar feminista o una mujer sufrida. Ni una cosa ni la otra. Lo
primero lo desecha igualándolo al machismo, y lo segundo. hablando de un
hogar recompensado con el amor.
Próximamente, en el mes de
septiembre, un coleccionista tunero expondrá algunas de sus piezas en el
bar-restaurante Caché, ubicado en esta localidad. Esperemos que los
comensales sepan calibrar la madurez creativa, el talento y la
sinceridad que pasearán por las paredes. Yamila en persona no es de
mucho hablar, pero cuando pinta, no hay verbo que se le resista.
¿Cómo inició el romance con la plástica?
Mi
mamá fue maestra de Primaria, impartía la asignatura de Artes Plásticas
y me crié en ese universo de macillas y acuarelas, dibujando,
modelando. Siempre andaba con la idea de imaginar y crear otros mundos.
Además veía mucho los muñequitos rusos, que sin dudas marcaron a mi
generación. A ellos les debo algunas influencias que aún hoy a veces
percibo en mis cuadros.
Al inicio la escultura fue la motivación, luego la salud puso trabas, ¿siente nostalgia de esa etapa?
Tallé
muchas obras en madera, incluso en ácana, que es muy fuerte, tanto que
cuando la trincha chocaba con ella sacaba chispa. Era un trabajo duro y
físicamente me debilitó bastante. Tengo en la mano derecha desgaste en
el hueso. Sin embargo me encanta la escultura, sobre todo modelar en
ferrocemento.
¿Y cuándo nació esa mujer de pelo largo, cuerpo enjuto y voz firme?
Nació
por accidente, necesitaba una figura que representara la fuerza y la
acción de la mujer. Detrás de ella me creció como un telón de fondo, era
el pelo, símbolo de la vida y sus raíces.
Sus protagonistas están en pie de lucha, ¿así debemos vivir nosotras?
Exacto,
porque la existencia tiene muchos obstáculos, sobre todo para la mujer,
y debe saltarlos, superarlos. Hay que sobreponerse, enfrentar la
realidad y estar alerta para lo que venga.
¿Les imagina a ellas una historia más allá de los lienzos? ¿Piensa que triunfan?
Imagino,
pero no siempre triunfan, depende del estado de ánimo y de la capacidad
de uno para ver más allá. También se lo dejo al espectador, cada cual
tiene su mundo y le dará el final que quiera.
A las claras
usted es reservada y su físico denota cierta fragilidad. En cambio, los
cuadros son impetuosos, ¿está ahí la verdadera Yamila?
Soy
muy introvertida. Mis cuadros sacan un poco lo que yo quisiera proyectar
hacia la vida. No tengo la necesidad de ser una mujer dura, porque mi
esposo es bueno y me apoya, pero sé de muchas por ahí que son
aplastadas, marginadas, violentadas. Les pongo a ellas como una máscara
que denota su situación, y a la vez les imprimo fuerza para que no se
dejen vencer.
El verde y el rojo son en su estética otros dos personajes, ¿siempre los identificó como aliados?
Para
nada, no los asumía porque no tenían nada que ver conmigo, de igual
manera comprendí que los necesitaba, su contraste me ayuda a rodear a
esa mujer situada en un ambiente de contradicciones.
Gusta de los mensajes explícitos, ¿alguien le ha confesado encontrarse en ellos?
En
cierta convocatoria del desaparecido salón Fayad Jamís, obtuve el
primer lugar con un tríptico y se me acercó una muchacha para decirme
que yo había reflejado su experiencia, supe por ella de sucesos muy
violentos. Me conmocionó.
El espectador es quien tiene la palabra,
cuando uno hace el cuadro, ya deja de ser su dueño para pertenecer a la
gente que escribirá su propia historia.
¿Qué le sugeriría a las artes plásticas en Las Tunas?
Tenemos
varias galerías bien ubicadas, pero muy maltratadas. No vale la pena
exponer así, ahora mismo solo una posee buenas condiciones, la "Fayad
Jamís".
¿Es posible hacer una obra ajena al mercado y que sea reconocida?
Es
muy difícil. He tenido un poco de suerte y mis obras han gustado en
varias direcciones, incluyendo al mercado. Sin embargo, la mayoría de
los artistas tienen que hacer concesiones para sobrevivir.
¿Continuará con su discurso pictórico?
Me
sobran motivos para hacerlo. Seguiré defendiendo a la mujer, porque en
mi familia he visto a unas cuantas sufrir por el machismo.
¿Y cómo le va en la educación de su pequeña?
Hasta
ahora vamos bien, es una niña buena, aunque no puedo bajar la guardia,
porque hay muchas influencias negativas en la calle. Los niños son como
esponjas que recogen lo bueno y lo malo. Sin sobreprotegerlos debemos
cuidarlos, conversar con ellos. Pero creo que sí, vamos a lograr que
ella sea una buena persona, es lo más importante para nosotros.
Este es un blog que pretende mostrar a quienes me lean los temas que me interesan, algunos porque son afines a mi personalidad, otros porque atañen a todos, y en ellos la esperanza será la protagonista. Espero que mis reflexiones agraden a quienes por afecto o curiosidad lleguen hasta aquí.
sábado, 29 de agosto de 2015
viernes, 28 de agosto de 2015
La familia cubana de fiesta por el inicio del curso escolar
Otra vez, las calles se llenarán de uniformes y la familia en pleno será protagonista. |
Libretas, lápices, mochilas y un sinnúmero de detalles colman la atención de los padres, mientras los infantes sienten la emoción de la primera experiencia o del reencuentro con los amiguitos y maestros.
En los hogares donde el niño comienza el preescolar, las expresiones de regocijo son mayores; hasta los vecinos dedican frases de elogio y estímulo al infante, que se convierte en protagonista y eso lo hace sentir un poco mayor.
Los que continúan estudios también reciben palabras de reconocimiento por lo logrado y de exhortación a seguir adelante y obtener mejores resultados.
Alegra sabe
r que hasta los más chicos participan en las tareas de embellecimiento con el fin de que las escuelas reluzcan el primero de septiembre; pero, lo mejor es constatar el compromiso de padres, estudiantes y educadores de lograr un calendario superior al anterior.
Todo está asegurado para que no falten los medios de enseñanza necesarios en las aulas: desde los libros, libretas y computadoras donde están previstas, hasta las láminas y juguetes didácticos destinados a los más pequeños.
También se acondicionaron locales en los cuales se repararon pupitres y ventanas, y se garantizó la iluminación adecuada en los locales.
No habrá aula sin maestro ni alumno sin la posibilidad de continuar estudios este primero de septiembre.
Entonces, con las condiciones creadas solo queda comprometernos a cumplir la parte que nos corresponde en el empeño de lograr calidad en la promoción del curso 2015-2016.
Corresponder a los esfuerzos que hace el país para garantizar el inicio del curso, implica el compromiso de inculcar en nuestros hijos el cuidado de la base material de estudio, el respeto a los maestros y profesores, la puntualidad y la disciplina en el cumplimiento de las diferentes actividades del proceso docente educativo, así como mantener una adecuada relación familia-escuela.
En tanto se acerca el primer día de clases recordamos ese clásico aroma a libretas y uniformes recién estrenados… toca ahora a las nuevas generaciones disfrutar ese momento mágico, y a la familia celebrarlo porque en realidad es un día de fiesta para todos los cubanos.
¿Delincuentes, rebeldes sin causa o víctimas del sistema?
La sociedad estadounidense no está curada del racismo |
Nombres como el de Michael Brown, Vonderrit Myers Jr., Antonio Martin, Walter Scott, Freddie Gray, Normal Cooper, Mansur Ball-Bey, engrosan la lista de víctimas de la violencia contra los negros en el gran país que tiene a bien cuestionar a otros por no respetar, según sus criterios, los derechos humanos.
Sin dudas, se trata de la Ley del embudo: lo ancho para mí, loestrecho para lo demás, un código moral demasiado flexible, utilizado para encubrir una realidad por todos conocida y que atañe en esta ocasión a las autoridades policiales e individuos afroamericanos.
Pero, súmense a esos actos de violencia -que terminaron en cada caso con la muerte de una persona baleada por los agentes de la ley- los hechos acaecidos en la iglesia Emanuel de Charleston, Carolina del Sur, o en el cine de Lafayette, estado de Louisiana, por solo citar dos ejemplos, en los cuales dementes adictos a las armas dispararon contra la población, mayormente negra, con saldo de varios fallecidos.
También es bueno recordar las matanzas en escuelas norteamericanas provocadas por jóvenes que portan armas y disparan a sus propios compañeros.
Aparentemente son situaciones diferentes; sin embargo, la esencia del problema sigue siendo la misma: la cultura de esa sociedad se basa en la intimidación, el terror, la represión, el crimen.
¿Qué fueron si no el exterminio de las comunidades indígenas en ese territorio a manos de los blancos que se expandían con afán de conquista y lucro, pero dejando atrás desolación y muerte?
¿Qué son si no el maltrato infantil, a la mujer, a las comunidades de latinos u otras etnias en esa gran nación?
¿Es que se puede esperar otra cosa del país que manda a sus mejores hijos a guerras como la de Viet Nam, o deja caer bombas atómicas sin medir el costo de vidas humanas a corto y largo plazo?
Michael Brown, Vonderrit Myers Jr., Antonio Martin, Walter Scott, Freddie Gray, Normal Cooper, Mansur Ball-Bey y tantos otros que han sufrido por el abuso de la fuerza de quienes se supone debían protegerlos, son víctimas de un sistema hecho para imponerse a partir de la destrucción y muerte de todo aquel que represente algo ajeno a sus intereses.
Personalidades de las artes, la cultura, organizaciones por los derechos humanos, dentro y fuera de Estados Unidos, se han manifestado en contra del incremento de la violencia en ese país; pero, la solución está en un cambio de raíz dentro del propio sistema.
De nada vale que se controle y reduzca la tenencia de armas en la población civil, que se tomen medidas drásticas con quienes apretaron el gatillo en las situaciones mencionadas, si siempre habrá alguien que se crea autorizado y protegido por la ley para decidir sobre la vida y la muerte de los negros y en general de los más débiles: hispanos, judíos y otras minorías.
Hasta el momento y a pesar de cierta disminución en los datos numéricos a partir de los años 80 y 90, la violencia en Estados Unidos crece y al parecer no hay mucha voluntad para acabar con ella.
En los últimos diez meses la gran nación norteña se ha visto sacudida por estos incidentes entre la policía y la comunidad negra, lo que a su vez provocó disturbios en las ciudades de Ferguson, en Missouri, y Baltimore, en Maryland, así como el asesinato de dos policías en Nueva York a manos de un activista negro que se suicidó a continuación.
A tal punto han llegado a exacerbarse los ánimos que el propio Obama ha reconocido que la sociedad estadounidense no está curada del racismo, pero, ¿basta con aceptarlo? ¿Acaso no hacen falta medidas drásticas que pongan freno a la violencia racial en Estados Unidos?
Esperemos que esas medidas lleguen antes de que se repitan los enfrentamientos y tengan que lamentar males mayores.
sábado, 15 de agosto de 2015
Perucho Figueredo, un hombre para respetar
Un hombre montado a caballo en medio de la muchedumbre enardecida, tomó
papel y lápiz y redactó unos versos henchidos de fervor patriótico.
Pronto el papel se multiplicó y pasó de mano en mano y, al momento, se
escuchó cantar una marcha de guerra. Por primera vez se entonaba en público el
Himno Nacional de Cuba.
El autor de la música y los enardecidos versos era Pedro
Figueredo Cisneros, Perucho, una de las figuras más ilustres de la villa
de San Salvador de Bayamo.
La ocasión, el festejo por la toma de esa ciudad, el 20 de octubre de 1868.
De Perucho ha quedado esa imagen grabada en el corazón de su pueblo; sin
embargo, son muchos los momentos decisivos en la vida del patriota en que se
crece y adopta posturas a la altura de un adalid de mil batallas.
Perucho había nacido en Bayamo, el 18 de febrero de 1818. Estudió leyes
y cultivó la literatura y la música. Cuentan sus biógrafos que fue un gran
pianista, capaz de conmover a quienes lo escuchaban interpretar las más
selectas melodías. Asimismo practicaba con destreza el dibujo y la caricatura.
También se destacó como literato. Manejaba la crítica con gracia e
ironía, en el epigrama era intencionado y chispeante y escribió muchos cuadros
de costumbres y poesías satíricas.
Su labor en beneficio del
desarrollo de la cultura comprende, entre otras acciones, la fundación, en La Habana, del periódico El
correo de la tarde, que fue cerrado por las autoridades por ser demasiado
crítico con el gobierno español, de la Orquesta Filarmónica,
en Bayamo, así como de un teatro de aficionados donde se representaban obras
escritas por él.
Junto a Francisco
Vicente Aguilera y Francisco Maceo
Osorio, organizó el Comité Revolucionario que en Bayamo apoyó el
levantamiento de Carlos Manuel de Céspedes, el 10 de octubre de 1868, en el
ingenio La Demajagua,
primera gran gesta independentista cubana contra el colonialismo español.
El autor del Himno fue amigo entrañable de Carlos
Manuel de Céspedes. Este lazo creció porque una de sus ocho hijas, Eulalia,
se casó con Carlos Manuel de Céspedes, hijo, y otra, Blanca, contrajo nupcias
con Ricardo Céspedes, hijo de Francisco Javier y sobrino del Héroe de la Demajagua.
Pero, desde mucho antes existía entre ambos afinidad de ideas y sentimientos
independentistas. Perucho, desde Las Mangas, secundó el alzamiento, el 13 de
octubre de 1868 y además lo hizo en Guáimaro, donde fue electo Secretario de
Guerra.
Los azares de la manigua separaron a Perucho de la familia. En junio de
1870, lograron reunirse de nuevo y su esposa se horrorizó al verlo: enfermo de
tifus, con los pies llenos de llagas, apenas se parecía al hombre de acción y
de guerra que había sido.
Entonces marcharon juntos a Las Tunas, a refugiarse del
odio español en los montes de Jobabo. Pero, fue delatado y apresado el 12 de
agosto de ese año. Inmediatamente lo trasladaron a Manzanillo y luego a
Santiago de Cuba, donde lo condenaron a muerte.
El Conde de
Valmaseda le envió un emisario con la propuesta de perdonarle la vida si
hacía dejación de la lucha. La respuesta del patriota fue rotunda: “Diga usted
al Conde que hay proposiciones que no se hacen sino personalmente para escuchar
personalmente la contestación. Yo estoy en capilla y espero que no se me
moleste más en los últimos momentos que me quedan...”
Antes de la ejecución pidió un coche o algo que lo ayudara pues apenas
podía caminar para llegar ante el pelotón de fusilamiento. Le ofrecieron un burro
para humillarlo; pero, no lo lograron. “No seré el primer redentor que cabalgue
sobre un asno”, dijo con la frente alta.
El 17 de agosto de 1870, antes de que sus enemigos le dispararan al bravo
pecho, Perucho recordó los versos del himno que había compuesto para ser
orgullo e inspiración de todos los cubanos: “¡Morir por la Patria es vivir!”.
viernes, 7 de agosto de 2015
Yamila Coma, siempre reveladora
Las Tunas es una provincia privilegiada en las artes
plásticas, al contar con una pintora como Yamila Coma, que derrocha talento en
cada trazo de pincel, y sus colores y su mensaje quedan para siempre en la
mente del espectador.
Porque es Yamila una de las imprescindibles en la pintura de
Las Tunas y Cuba, pues su obra sobrepasa sus ideas llevadas al lienzo, y su
acérrima defensa de la mujer la colocan en un merecido lugar en la lucha por la
emancipación total de las féminas, que tanto tienen que sobreponerse a
prejuicios simulados aun en una sociedad tan justa como la de la Isla.
El rojo, el azul y el verde, como colores primarios en la
obra de Yamila, constituyen símbolos no solo de los temas que trata, sino del
buen hacer, y con solo mirar uno de sus cuadros el espectador reconoce a la
autora, y si no es avezado en su pintura, sí se da cuenta de que está ante
alguien que no pierde oportunidad de trasmitir su mensaje de amor y paz, de
rebeldía femenina, de mujer plena que disfruta su cuadro hasta el último trazo,
porque ya en galería pertenece al público, según sus propias palabras.
Pero no todo el camino ha estado despejado de obstáculos
para Yamila, porque algunos la malinterpretan, y lo peor, emiten criterios
errados sobre su obra, aunque quizás los que caigan en ello lo hagan por cierto
atisbo de inferioridad, o por lo menos, para tratar de demeritar su obra, que
se levanta por ella misma, porque es tanta su calidad, tanto en la forma como
en el contenido, que nada puede empañarla.
De ahí que Yamila haya tenido que enfrentar con su pincel el
propio desbroce se su camino, porque es el pincel su arma, que anima sus deseos
y sus metas siempre enaltecedoras, siempre en la lucha por un mundo mejor, en
el que la mujer sea plena, feliz, reconocida al margen del machismo tan dañino
que corroe a una parte de nuestra sociedad.
Es el Expresionismo su mejor tendencia para comunicar lo que
piensa, lo que cree, lo que sustentan sus ideas reveladoras, y a partir de la
figura femenina como centro, siempre hace reflexionar con un mensaje
contundente, para nada disimulado, porque su mente y sus manos, muestran la
coherencia de las grandes exponentes del arte.
Yamila Coma es dueña de un estilo que marca la diferencia,
la distingue por sobre los demás, porque nació para el arte, y la pintura se
enaltece con sus trazos, y la vida misma acuna sus ideas y sus obras, siempre
imperecederas, siempre reveladoras, y de ahí que su nombre se haya inscrito
para siempre en la historia de las artes plásticas de su terruño y un poco más
allá.
Tomado del blog Desde mi orilla, del periodista tunero
Miguel Díaz Nápoles.
Los árboles, por siempre nuestros mejores aliados
Es hermoso poder disfrutar
de un paisaje en el que predomine el verdor de las plantas y la alegría de la Naturaleza toda. Es
hermoso ver un árbol frondoso erguirse en franco desafío a los vientos fuertes
y a la mano despiadada del hombre.
Desde que existe nuestro
planeta, los árboles han sido fundamentales para la vida y por ello los
apreciamos, aunque no siempre se les ha concedido su justo valor.
Sabido es que los árboles
nos aportan oxígeno y alimento en forma de frutos, además proporcionan madera
con la que desde hace siglos se construyen herramientas, viviendas y muebles.
Entre otros beneficios, los
árboles absorben dióxido de carbono y combaten así el efecto invernadero, previenen
la erosión del suelo en zonas donde hay laderas o pendientes lo cual produce un
lento corrimiento del suelo, además, mantienen la humedad del terreno gracias a
sus raíces y sedimentos.
Purifican el aire, absorben
gases y olores contaminantes como el dióxido de azufre, el ozono o el amoníaco
a través de sus hojas, corteza o raíces, de esta forma contribuyen a mantener
el aire más limpio.
Muchas especies tienen
gran importancia económica ya que se utilizan en la industria farmacéutica,
alimentaria, en perfumería… y la comercialización de sus productos proporciona ingresos
a las comunidades.
Los árboles nos regalan
sombra y disminuyen la temperatura en las ciudades, crean microclimas que
ayudan a refrescar el ambiente debido a que liberan vapor de agua al aire a
través de sus hojas.
También contribuyen a reducir
la contaminación acústica, por eso en determinadas zonas de las ciudades
expuestas a ruidos, como viviendas cerca de carreteras o aeropuertos, se
plantan zonas arboladas.
Las ventajas que nos
aportan los árboles son muchas; sin embargo, han sido los seres humanos los
causantes de que los bosques hayan disminuido considerablemente en todo el
mundo, razón de los esfuerzos que hacen muchos países, entre ellos Cuba, por
desarrollar planes de reforestación científicamente probados y con amplia
participación de toda la sociedad.
Decía José Martí: “las
masas de árboles favorecen las lluvias, dan humedad al aire, evitan que la
tomen de las plantas agrícolas y las agoten; sujetan las tierras y las aguas,
evitan los hundimientos, los arrastres, las inundaciones y los torrentes; dan
frescura al suelo y permiten así que crezcan buenos pastos: son, en una
palabra, los árboles, además de un gran elemento de riqueza, los mejores amigos
de la agricultura y la ganadería.”
Sabias palabras de nuestro
Apóstol quien definió con acierto: “Comarca sin árboles, es pobre. Ciudad sin
árboles es malsana. Terreno sin árboles, llama poca lluvia y da frutos
violentos… Hay que cuidar de reponer las maderas que se cortan para que la
herencia quede siempre en flor y los frutos del país solicitado estén señalados
como buen país productor.”
El patio de Lídice
Mi vecina Lídice tiene un patio de
ensueño. Sin ser demasiado grande, ese espacio que asemeja un remanso, atesora
plantas de diversos tipos: mango, anoncillo, limón, especias, algunas
medicinales, y la mayoría ornamentales.
Distribuidas por las manos sabias
de Lídice -y de Melania, su mamá-malanguitas, helechos, begonias, orquídeas, dan
colorido y belleza al lugar, bien delimitado por un separador improvisado que
ubica de un lado las simplemente decorativas, y del otro las que dan frutos
para comer; aunque, en algún rincón, unas y otras se funden como en un abrazo.
Para quienes las conocen, saben
que las primeras son cuidadas con esmero por la joven, y las segundas son de la
anciana, que a sus 80 años aún las riega y las cuida como si fueran seres
humanos.
Lídice es una joven trabajadora y
perseverante, amiga sincera, servicial y alegre. A pesar de serios problemas de
salud, se graduó en 2012 de Licenciada en Estudios Socioculturales y no hay
libro, revista ni periódico cerca de ella que no sea objeto de su atención,
pues “debemos saber de todo y estar bien informados”.
Lídice en plena faena. |
Los días en que el anoncillo y la
mata de mango mudan las hojas, la escoba parece una extensión de sus brazos, y
mientras más fuerte es el viento y más hojas caen al suelo, más dedicación y
optimismo derrocha la jardinera.
Melania supo de carencias y pasar
mucho trabajo en su juventud, por eso, dice, ella prefiere sembrar y cuidar las
que sirven para alimentarse.
A pesar de los dolores propios de
la edad, a menudo la encuentras arrancando las malas hierbas, mientras señala
orgullosa sus plantas preferidas: el tilo, llantén, orégano y cilantro entre
ellas, algunas las utiliza en remedios caseros, otras sazonan su comida y en
general contribuyen a la economía familiar.
Ambas se han propuesto incrementar
su huerto con plantas llegadas casi siempre de la buena voluntad y el aprecio
de mucha gente que sabe de su pasión por el cultivo.
Asimismo dan ejemplo y consejo
para que otros se sumen a esta actividad que, además de ser muy útil, recrea y
combate el estrés.
La casa identificada con el número
38, en la calle Rubí, esquina Maceo, en la ciudad de Las Tunas, recibe
innumerables visitas cada día, familiares, amistades o simples conocidos llegan
hasta allí en busca de cariño y afecto, sentimientos que abundan en cualquier
época del año en el hogar de Lídice y Melania.
Y para asombro del visitante
reciente o de personas atadas a prejuicios sociales, a la sombra del anoncillo
y contemplando la nueva variedad de begonias que hay en el patio se conversa
mejor, y pasa el tiempo sin sentirlo, sobre todo si bate ese vientecillo fresco
y juguetón de las tardes estivales.
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