sábado, 6 de junio de 2015

Migración: la otra cara del terror




Aunque el fenómeno de la migración no es nuevo, y en diferentes partes del mundo, en distintas épocas o de forma permanente, se han manifestado procesos migratorios motivados en la mayoría de los casos por razones de índole económica, los últimos años se han caracterizado por el incremento de estos hechos que por su elevado costo de vidas humanas han conmocionado a la comunidad internacional.
Son las aguas del Mediterráneo, principalmente las costas de Italia, el escenario de las tragedias que han causado la muerte a cientos de personas, sobre todo en los últimos meses en los que se evidencia el incremento de esta actividad.
¿Las razones de esa afluencia, a pesar de los dramáticos resultados? A partir del 2011, naciones del norte de África y Oriente Medio se encuentran bajo control de grupos radicales que siembran la destrucción y la muerte en la región. De ahí que, a quienes deciden marchar a Europa huyendo de la miseria y la violencia y en busca de una mejoría económica, no les importe la posibilidad de perder la vida en el intento, si de hecho su existencia es peor que la misma muerte. 
Cifras ofrecidas por Naciones Unidas revelan que desde el 2014 hasta enero de este año, 165 mil migrantes atravesaron el mar Mediterráneo para llegar a Europa, una cifra récord que casi triplica la cantidad de 2013, cuando 60 mil refugiados hicieron la misma travesía.
El pasado año perdieron la vida unos tres mil 500 inmigrantes al intentar cruzar el Mediterráneo. En los últimos días de abril de 2015 fueron evacuadas hacia zonas seguras más de cinco mil personas halladas en alta mar, mientras que unas dos mil 300 perecieron en lo que va de año. Los datos son elocuentes y no necesitan comentarios.
El naufragio ocurrido frente a la isla de Lampedusa repercutió en todo el mundo, y motivó la presencia del primer ministro italiano, Matteo Renzi; la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, y el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en las costas de la isla de   Sicilia.
A pesar de la solidaridad de estos ejecutivos y del rigor de las medidas que ya se habían tomado en 2014 -tales como el desarrollo de la Operación Tritón y las medidas adoptadas por Italia para garantizar la vigilancia costera y el rescate de los tripulantes de barcazas en peligro de zozobrar- la situación no ha mejorado mucho, y en franco desprecio de la vida misma, miles de inmigrantes enfrentan a diario el peligro, víctimas de los traficantes de personas, en su afán por llegar a Europa.
Este lunes salió a la luz una información que devela la gravedad de la crisis humanitaria en parte de Asia y aporta una nueva arista al tema. La policía de Malasia descubrió 139 fosas comunes y 28 campos de detención de migrantes gestionados supuestamente por traficantes en una región remota del norte del país, fronteriza con Tailandia.
Las autoridades creen que la mayoría de los cuerpos encontrados son de migrantes indocumentados bangladeshíes y de la minoría musulmana rohinyá, perseguida en Birmania, que quedan en manos de las redes de tráfico en su intento por alcanzar Malasia, el destino de la mayoría de ellos.
Casi a la par, este titular llama la atención de quienes siguen la situación de los migrantes africanos: WikiLeaks revela planes de la Unión Europea para atacar embarcaciones de refugiados en el Mediterráneo.
Según WikiLeaks, la Unión Europea tiene un plan para realizar intervenciones militares contra las embarcaciones que transportan refugiados procedentes del norte de África.
El plan fue aprobado por el Comité Militar de la UE el pasado 18 de mayo con el fin de llevar a cabo operaciones militares contra las redes e infraestructura de transporte de inmigrantes y refugiados en el mar Mediterráneo.
Pero, los buenos propósitos aparte, ¿quién garantiza que una agresión de este tipo no causará tanta muerte como cualquiera de los naufragios sufridos por los inmigrantes?
Las medidas adoptadas hasta ahora no han dado los resultados esperados. Tampoco el nuevo plan de la UE promete paliar al menos la situación. La verdad, solo el cese de la violencia, el terror, la muerte y la destrucción, podrían evitar que siga creciendo el fenómeno de la migración y con ella sus fatales consecuencias.











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