martes, 16 de junio de 2015

Maceo y Che, paradigmas de revolucionarios



A Maceo y Che los conocemos los cubanos desde los primeros años de vida, en el círculo infantil y la escuela primaria aprendemos a identificarlos y memorizamos anécdotas y poesías que reflejan su valor y patriotismo. Nos llegan así, familiarmente, Maceo y Che, y aprendemos a respetarlos, admirarlos y quererlos por lo que significan para Cuba y el mundo.
Cuando alcanzamos cierta madurez profundizamos los detalles que hacen de estos dos grandes hombres paradigmas de revolucionarios, y buscamos en sus raíces la génesis de su amor por Cuba, del ideario de independencia de ambos para nutrirnos e inspirarnos en su ejemplo.
Aunque vivieron en diferentes siglos y países distantes, ello no impidió que sus ideas emancipadoras también coincidieran. En el Siglo XIX, Maceo fue uno de los protagonistas de nuestras guerras de independencia. En el XX, junto a la Generación del Centenario, el Che dejó a un lado su profesión de médico para convertirse en soldado, con el único fin de liberar a Cuba de la tiranía batistiana.
Del heroísmo de ambos revolucionarios mucho se ha hablado. Los historiadores han escrito páginas colmadas de entusiasmo patriótico y pasajes de sus hazañas.
Antonio Maceo Grajales fue uno de los cubanos más conocidos de su época y que más ha trascendido en la memoria de sus compatriotas. Sus proezas militares y brillante trayectoria revolucionaria han sido fuentes constantes para la historia y la leyenda. Cualquier cubano o cubana puede identificar al protagonista principal de la Protesta de Baraguá y hablar sobre su trayectoria.   
Como el Titán de Bronce es conocido en la historia, gracias al ímpetu y arresto con que enfrentó al enemigo, y por su talla como hombre integral. Pero, sería injusto verlo solo como caudillo en el combate, él fue también un hombre de pensamiento profundo.
Sobre este particular Martí expresó: “Maceo tiene en la mente tanta fuerza como en el brazo. Firme es su pensamiento y armonioso, como las líneas de su cráneo. Su palabra es sedosa, como la de la energía constante, y de una elegancia artística que le viene de su esmerado ajuste con la idea cauta y sobria”. 
Ernesto Guevara de la Serna, el Guerrillero Heroico,  se ha convertido en el modelo más reconocido y universal de un hombre nuevo, ejemplo de revolucionario e internacionalista, capaz de rechazar cualquier tipo de prebenda o comodidades para cumplir sencillamente con su deber en bien de la humanidad.
De Maceo y Che Fidel dijo: “ambos fueron invasores de Oriente a Occidente; ambos murieron en combate; ambos son hoy símbolos insuperables de valor e intransigencia revolucionaria; ambos hicieron lo que todo un pueblo ha jurado estar dispuesto a hacer; ambos nacieron el mismo día: 14 de junio. El azar no habría podido idear algo mejor".
El Titán de Bronce y el Guerrillero Heroico, tuvieron muchas cualidades comunes: arrojo en el combate, fe en la victoria, apego al internacionalismo, pero sobre todas las cosas, ambos eran acérrimos antiimperialistas.
El legado de estos dos grandes de la Patria constituye una guía para las nuevas generaciones. La historia de cada uno es caudal inagotable de valores humanos. De él han de beber quienes pretendan hacerse hombres útiles a la patria, a la sociedad.
Por ello, nunca será suficiente el estudio y profundización en sus biografías, en las obras que recogen su protagonismo en las luchas por la independencia de Cuba, tanto como en sus escritos que resumen su pensamiento político, ético y económico.
De Maceo y Che mucho tenemos aún que estudiar y aprender. Volvamos pues a ellos, que es el mejor modo de rendirles tributos: aprender de su ejemplo. 


 

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