sábado, 6 de junio de 2015

Adelina Patti, criatura canora admirada por José Martí




 
José Martí tuvo especial inclinación por la música; su espíritu se exaltaba al escuchar las notas de una bella melodía o al disfrutar la interpretación de una cantante de ópera como Adelina Patti.



No tuvo Martí una formación que le permitiera conocer profundamente sobre música. Sin embargo, su intuición le permitía apreciar cuándo se trataba de una buena puesta en escena, o si la estrella del espectáculo brillaba realmente por la calidad de sus interpretaciones.

En Martí, no hacía falta la academia, pues su fino espíritu captaba lo bello sin mediar ninguna teoría. Sobre la célebre cantante lírica Adelina Patti escribió hermosas crónicas llenas de reconocimiento a la excelsitud de su voz incomparable.

Evidentemente, el arte de la española tocó la sensibilidad del poeta, quien subyugado por sus interpretaciones le dedicó frases que traslucían la emoción de un devoto admirador. El joven pudo apreciar su arte en recitales o en funciones de las obras más apreciadas de su repertorio: Norma de Bellini y La Traviata de Verdi, entre otras.


En 1881, en La Opinión Nacional, de Caracas, Martí dijo refiriéndose a la artista:
La naturaleza, como frutas perfectas, como paisajes de rematada perfección, crea seres humanos avasalladores. Llevan en sí, por hermosura extrema, o genio extremo, un poder que deslumbra, desvanece o ciega. (...) Si las criaturas de la tierra, celosos de estos seres mejores, hincan en su mano blanca el diente airado, su manera de llevar el dolor aumenta la vida gloriosa que la mordida intentó arrebatarles. De estos hombres, la frente resplandece como cima no hollada. De estas mujeres, tiene el cutis perlados matices, y la mirada intensidad de llama, semeja el pie juguetoncillo cisne; el talle, caña alzada; la mano, beso de niño; la voz promesa de otros mundos, venidos a verter consuelo y fuerza en éste. Así Adelina Patti.


Adelina, prototipo de la diva de ópera, fue considerada la cantante más brillante de su tiempo y la soprano más notable del último cuarto del siglo XIX. De ella, el Apóstol expresó: “la Patti, criatura canora, de cristal hecha y plata, que aras merece, y no loas de plumas”.

Salvador Arias afirma que “Para José Martí la música no solo constituía un placer estético, sino que era un preciado instrumento en la formación plena del ser humano”; de ahí su agradecimiento y admiración a la cantante Adelina Patti por el regalo de su voz.

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